Hollywood es la meca del cine desde los gloriosos años 30 y por ello ha visto pasar a todos los personajes importantes de esta industria, algunos de los cuales han aportado muchísimo para convertirla en esa fábrica de sueños que es hoy en día. Una maravillosa fábrica donde todo lo que reluce es irreal y donde hay que llevar el negocio al extremo para ser rentables. Así lo pensaba, por ejemplo, el personaje del que vamos a hablar hoy. Eddie Mannix fue un directivo y productor de la Metro Goldwin Mayer, uno de los mayores productores de cine de todo el siglo XX, algo que en buena parte se le debe al propio Mannix.
Era un tipo con muchas salidas, resuelto, con contactos y con la ferviente necesidad de mantener a flote a su productora para mantener no solo su estatus, sino el del propio cine de Hollywood. Su papel de fixer, es decir, arréglalo-todo, ha sido uno de los más comentado durante estas últimas décadas, por la gran cantidad de escándalos en los que se vio involucrado. De hecho, ha llegado a aparecer en la película Ave César, en la que los hermanos Coen nos mostraban los entresijos del Hollywood de la época dorada. Allí su papel ya era polémico, porque se encarga de solucionar cosas de una manera… poco agradable en muchas ocasiones.
El ‘fixer’ de la MGM
El trabajo de Mannix en la productora Metro Goldwin Mayer era sencillamente el de resolver cualquier problema que pudiera surgir y que pusiera en peligro el prestigio dela propia productora. Como aparece en la película, Mannix debía enfrentarse al misterioso secuestro de una de sus estrellas. No sabemos si en la vida real llegó a ese punto, pero es cierto que se vio involucrado en infinidad de situaciones peligrosas en las que tuvo que actuar de manera diligente para mantener el buen nombre de la MGM por encima de todo lo demás, incluso utilizando argucias no demasiado limpias.
Eso era lo de menos, porque en la época esos trapos sucios se guardaban lejos del público. De hecho, Mannix no tuvo problemas en chantajear a numerosos actores y actrices para tenerlos controlados y hacerles cumplir las condiciones de los contratos que la propia productora quería que firmaran. Este rol era muy común en la época, cuando las productores no podían permitir que hubiera una sola nota discordante en sus estudios. Mannix se encargaba de que todo fuera lustroso y espectacular, al menos de puertas para fuera, de cara a la prensa y al espectador, haciendo lo que hiciera falta para conseguirlo.
En qué escándalos se vio involucrado
Si han visto la maravillosa Pulp Fiction de Quentin Tarantino seguro que no tienen problemas en identificar al personaje del Señor Lobo, un tipo que, literalmente, se dedica a “arreglar cosas”. El rol que tenía Mannix dentro de la MGM era una especia de Sr Lobo, dedicado siempre a arreglar, pero también a evitar que los males se produjeran. Revisaba, por ejemplo, toda la correspondencia de las grandes estrellas para estar al tanto de cualquier problema que pudiera haber. Si éstas sacaban los pies del tiesto y llegaban demasiado lejos, Mannix les avisaba de lo que podría ocurrirles y si no hacían caso, les enviaba a algún amigo suyo mafioso para que captaran el mensaje.
Se cuenta que Mannix fue quien ayudó a Clark Gable a salir indemne tras provocar un gravísimo accidente de tráfico mientras iba borracho, o que también ayudó a mantener ocultas las relaciones lésbicas de la famosísima Greta Garbo. Compraba a la prensa, a los testigos e incluso a las familias de los posibles afectados por las locuras de los grandes actores y actrices de su productora. Para muchos de ellos, como el propio Gable o Spencer Tracey, era como un ángel guardián, y lo trataban como si de fuera de su familia. Y todo ello a pesar de conocer sus oscuras funciones.
¿Qué ocurrió con la actriz Patricia Douglas?
En 1937, la joven actriz Patricia Douglas asistió a un rancho a las afueras de California conocido por ser el epicentro de las fiestas de los grandes directivos de Hollywood. Ella pensaba que iba a aparecer en alguna escena como extra, pero en lugar de eso simplemente estuvo todo el tiempo allí asediada por David Ross, un peso gordo de la MGM, que llegó incluso a violarla aquella noche. Tras la denuncia de la joven, Mannix se encargó de comprar a todo el mundo y coaccionar lo máximo posible a la actriz para que se diera por vencida y dejara en paz a Ross, algo que hizo, desesperada por tratar de luchar contra esa gran empresa, que era algo así como darse de bruces contra un muro.
El actor Josh Brolin le dio vida en ‘¡Ave, César!’
Los tejemanejes de Mannix se conocen desde hace décadas en Hollywood, y sirvieron de inspiración a los hermanos Joel y Ethan Coen para rodar ¡Ave, César!, una ácida crítica a esa edad dorada de Hollywood, mostrando todas las miserias que se ocultaban tras el oropel. El protagonista recibe el propio nombre de Mannix y es interpretado por un genial Josh Brolin, que encaja perfectamente en esa imagen de mafioso de medio pelo pero capaz de encargarse de cualquier problema que pueda surgir y solucionarlo, sea como sea.